Emprendedores y Salud Mental

Emprender no es fácil. El entusiasmo por conseguir algo nuevo, diferente y propio es un gran impulso moral, pero el emprendedor muchas veces deja atrás una situación de seguridad económica y equilibrio emocional. En su lugar obtiene deudas, incertidumbre y la necesidad de sacar adelante un proyecto en un tiempo reducido.

El estrés puede no manifestarse en el día a día, pero se acumula. 

Por supuesto que ciertos sacrificios son inevitables, pero debe haber un límite, porque sacrificar la salud física y mental puede servir de poco y solo contribuir al problema.

Presión y temor al fracaso

El tiempo es algo curioso. Porque si consideramos la necesidad de conseguir un primer cliente de peso o alcanzar estar break even en unos 6 u 8 meses es muy poco. Pero si lo pensamos en términos de la presión que se debe soportar durante ese periodo son demasiado.

Pero es raro que encontremos emprendedores hablando de las dificultades causadas por el estrés. Nadie quiere hablar demasiado de dificultades y temores cuando el objetivo es proyectar una imagen de éxito. De éxito y fuerza. De un emprendedor se espera que tenga tanto el talento como el carácter. Nada de debilidades humanas.

Emprender es una actividad que en la gran mayoría de los casos termina en fracaso, pero que al mismo tiempo solo admite el éxito porque se ha puesto mucho en juego. Solo los emprendedores más experimentados y con varios éxitos en su historial se animan a hablar de sus proyectos fallidos. Lo hacen señalando precisamente esto, que el fracaso es algo normal en una actividad tan riesgosa.

Solo en los últimos años el tema del fracaso y la salud mental ha comenzado a ser algo más común en las conversaciones.

Admitir la presión y hablar del tema es sano

Hablar sobre las dificultades que atraviesa tu empresa puede no hacer que estos desaparezcan, pero tampoco lo hará no hablar de ellos. En la conversación existe cierta compañía y consuelo. 

Obviamente lo mejor es acudir a un profesional. Los deportistas de alto nivel suelen tener asesoría psicológica. En parte por la presión a la que están sometidos y en parte porque de esa manera alcanzan su mejor nivel mental. 

La alternativa puede ser soportar lo que el destino depara y endurecerse con cada experiencia. Pero no hay garantías de que eso suceda. En algunos casos los malos momentos pueden ser tan malos que provocan un trauma en el emprendedor. También afectan su comportamiento, lo hacen reaccionar de forma exagerada.

En otras palabras, en vez de endurecerse se vuelve más sensible a ciertos problemas.

Conocer nuestros límites es prudente

Las empresas pueden ser extremadamente exigentes con el tiempo de los emprendedores. Esto es lógico, porque el tiempo que tienen los fundadores para demostrar lo que vale el proyecto es, como hemos señalado, limitado.

La imagen de un emprendedor almorzando, cenando e incluso durmiendo en las oficinas de la empresa es parte de la mitología emprendedora. Es cierto que existen circunstancias en las que un mayor esfuerzo puede ser necesario. Pero esta práctica debería ser excepcional. Cuando se convierte en un hábito estamos ante un peligro.

Menos horas de sueño, menos cooperación, peores ideas

Las horas de descanso no son solo una cuestión física, sino también mental. 

Cuando no dormimos lo suficiente nuestra predisposición a ayudar a los demás se ve afectada negativamente. Así lo señala un artículo publicado el 23 de agosto en Plos.ORG. Una sola noche de sueño perdido es suficiente para afectar a nuestro cerebro.

https://journals.plos.org/plosbiology/article?id=10.1371/journal.pbio.3001733

Otro artículo publicado en 2018 en Sage Journals apunta que la calidad de sueño está vinculada al comportamiento innovador. La capacidad para innovar es vista como un recurso valioso y escaso. También como un elemento fundamental para el trabajo de un emprendedor. 

https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/1042258718798630

Si consideramos todo lo dicho, ¿qué nos queda?

Dar lo mejor, dedicar la mayor cantidad de tiempo posible a la empresa, pero sin descuidar la salud. Porque simplemente solo así podemos ofrecerle la mejor versión de nosotros.