Existen importantes diferencias de rendimiento entre las distintas firmas que operan en el mundo del venture capital. La interpretación clásica apunta a una diferencia de calidad en los directores de los fondos. La habilidad de los managers puede plasmarse en varias instancias. Por ejemplo, algunos evalúan mejor las oportunidades, otros agregan más valor a las empresas con las que trabajan.
Sin embargo, estas diferencias de resultados no se encuentran entre las firmas que operan en el mercado público.
Por lo dicho, o bien la calidad de los profesionales es más desigual en las firmas que operan con empresas públicas u otros factores deben ser considerados. Un reciente estudio realizado por la Escuela de Negocios de Harvard presenta una posible explicación:
En el ámbito del venture capital el éxito inicial ofrece un beneficio persistente.
Ahora solo tenemos que explicar el éxito inicial.
El momento y el lugar
El estudio observa que la diferencia de rendimientos obtenidos por los inversores se mantienen durante años, en ocasiones décadas. Aunque poco a poco se van atenuando. La persistencia es innegable. ¿Pero cómo se produce?
Los investigadores señalan que el éxito inicial aparece fuertemente vinculado a invertir en el lugar y momento indicados. Esto es el estado de la economía, el país, el estado o la ciudad así como la industria elegida.
Dicho de otra manera, cuando alguien se anticipa a un nuevo fenómeno a menudo obtiene grandes beneficios. Llamemos a esto cambio de paradigma, disrupción, innovación, incluso suerte.
Por su parte, no parece que la elección de una startup en particular sea clave. No se ha observado una gran diferencia en la habilidad de las empresas en esta instancia.
Pasemos ahora a hablar de la persistencia.
Exito, acceso y estrategia
Cuando los VCs son exitosos suelen seguir invirtiendo en los mismos sectores y consiguen una tasa de exits más elevadas que el promedio.
Esto ocurre porque el éxito inicial cambia el modo en que los fondos de Venture Capital invierten.
El acceso al deal flow que obtienen es mucho más amplio y les permite tener acceso a mejores proyectos (o mejor deal flow). A menudo también consiguen oportunidades a través de grupos de inversores asociados.
Muchas de las firmas evitan las primeras rondas, donde deben tomar mayores riesgos para evaluar las startups. Pueden darse el lujo de invertir luego porque saben que no se van a quedar afuera.
Una cuestión de percepción
Invertir en un unicornio temprano les da a los fondos de VC un prestigio que es la base de sus futuros éxitos. Emprendedores e inversores creen que estas compañías ofrecen un diferencial a la hora de sumar valor a un proyecto. Los emprendedores están dispuestos a aceptar una valuación menor con tal de tener a estas firmas como respaldo.
Este factor tan humano, tan subjetivo pero poderoso, es el que explica porque no se observan las mismas diferencias de rendimiento en los fondos que operan en sectores en los que no se compite por el acceso a los proyectos.
El principal factor en el éxito de un grupo de inversores no es la habilidad de los inversores, sino la confianza que tienen los otros actores del ecosistema en la habilidad de los inversores.
No todo es lo mismo
Esto no quiere decir que los inversores no puedan aportar valor. Lo hacen, y es posible que ese valor haga cierta diferencia en una startup. Pero no es el factor clave del éxito a largo plazo.
Nadie tiene el toque del rey Midas. Las cosas no se convierten en oro con el toque del VC adecuado. Pero si tienes el prestigio necesario quizás tengas una de las llaves para los cofres que guardan los tesoros.