Criterios de valuación de Startups (Parte 2)

Valuar una startup en estadio temprano resulta muy difícil. Hay muchas señales para tomar en cuenta y procesar, incluso después de analizar cada una de ellas, termina siendo una tarea más artística que científica.

Es cómo valuar una obra de arte: hay algunos criterios que sirven para tomar una decisión con fundamentos pero no hay forma de saber si tomamos la decisión acertada hasta transcurrido un largo tiempo después de haber invertido.

En el artículo anterior mencionamos algunos elementos que pueden servir como ayuda para valuar una startup. En el presente artículo agregaremos nuevos elementos e intentaremos plasmarlos en ejemplos concretos.

A fin de analizar cómo funcionan algunos de los criterios que deberían regir la decisión, haremos el ejercicio de pensar en situaciones hipotéticas que se nos suelen plantear en la práctica. Cada uno de los criterios será analizado de manera absoluta y totalmente independiente al resto, como si fuera el único elemento a considerar.

 

Equipo fundador

El análisis del equipo fundador es una parte clave del proceso, ya que puede determinar el éxito o el fracaso de una Startup.

Este grupo de personas no solo tienen que ser capaces y contar con las actitudes y aptitudes necesarias, sino que también los valores, la visión y objetivos del proyecto deberían ser similares a los del inversor para asegurar que la línea de desarrollo y crecimiento van en la misma dirección y no existirá un conflicto en la toma de decisiones.

  • Quiénes son los fundadores?
  • Cuál es su experiencia en la industria y el mercado del proyecto?
  • Es comprobable este expertise?
  • Tienen experiencia los miembros del equipo emprendiendo? Cómo transitaron ese camino y cuál fue el desenlace?
  • Cuentan con mentores o advisors de renombre?
  • Son complementarios los perfiles y/o roles del equipo?
  • Cuántos de los miembros del equipo están dedicados full time al proyecto?

 

Estas son las preguntas básicas para conocer el equipo y para poder justificar una valuación superior o inferior.

 

Ejemplo

Un SaaS tiene desarrollado un Producto Mínimo Viable (MVP), no genera ventas y  hay un mercado que parece tener potencial pero aún está sin validar. Dos de los founders tienen más de 10 años de experiencia en la industria, sin haber emprendido previamente. Sumado a esto, la compañía está acompañada activamente por un inversor ángel de renombre que  ha invertido en la compañía.

Todo esto podría servir para justificar una valuación ligeramente superior a USD 500,000.-

 

Tracción e ingresos estimados para el corto plazo

En etapas tempranas, la tracción que puede demostrar el proyecto es otro de los puntos importantes.

Siguiendo con el ejemplo de un SaaS, si el proyecto solo cuenta con 3 clientes que realizan una prueba piloto, sin demostrar chances concretas de que se puedan convertir en clientes pagos, será difícil justificar una valuación superior a USD 500,000.-

Sería un caso muy distinto estar hablando de que cuenta con 50 clientes con prueba piloto, el ticket promedio que se le piensa cobrar a cada uno es de USD 1.000.-, y se estima que el 50% de los clientes se convertirán en clientes pagos, se puede empezar a pensar en una valuación más cercana a USD 1.000.000.-

 

En todo el análisis que se realiza con la tracción y los ingresos estimados en el corto plazo hay variables importantes a tener en cuenta, como lo son la cantidad de potenciales clientes y el ticket promedio. Si hay solamente un cliente y se estima que el ticket del SaaS será de USD 50.000.- mensuales, la valuación podría oscilar entre USD 500.000.- y USD 1.000.000.-, ya que si bien el ingreso esperado es similar al caso anterior, es mucho más riesgoso depender de un solo cliente.

Crecimiento y compromiso de usuarios

Ejemplificamos ahora con un proyecto de  Mobile App.

En este caso, contamos con información y conocimiento previo que tenemos de aplicaciones de similares características, sabemos que un típico valor del tiempo de vida promedio de un cliente (LTV – lifetime value) es de USD 2.-

 

Si la aplicación ya tiene 10.000 usuarios y la base de usuarios está creciendo a un 15% mensual, suena lógico valuar la compañía entre USD 1.000.000.-  y USD 1.500.000.-

Si la aplicación tiene 10.000 usuarios y está creciendo a una tasa de 30% mensual, sería razonable aceptar una valuación de entre USD 1.500.000.- y 2.500.000.-

Si la aplicación tiene 10.000 usuarios y la base se está achicando al ritmo de 10% mensual, una valuación razonable podría ser entre USD 750.000.- y USD 1.000.000.-

 

Tamaño de mercado

Es necesario entender cuál es el mercado potencial al cual apunta el negocio.

El proyecto puede apuntar a:

  • Un país
  • La región
  • Al continente
  • Todo el mundo

Conviene analizar ese mercado potencial con el sistema “TAM, SAM, SOM”, el cual analiza 3 aspectos que funcionan como embudo, desde lo más genérico hasta lo más específico:

  1. mercado total direccionable;
  2. mercado al que puede servir el proyecto con su producto o servicio;
  3. mercado que razonablemente puede conseguir el proyecto.

Un aspecto interesante a tener en cuenta es el plazo estimado para atacar el mercado al que se apunta y la hoja de ruta. Es importante saber si los fondos de la actual ronda de financiamiento son suficientes para atacar el mercado potencial y, sino, cuantas más rondas de financiamiento se planean llevar a cabo, y en qué plazos estimados.

También es imprescindible consultar si la actual ronda de financiamiento en la que participamos como inversores, nos da el derecho a participar en la compañía global, o solamente en alguno de los países.

El tamaño de mercado resulta un factor determinante en compañías de etapa temprana, ya que al haber tanta incertidumbre sobre la mayoría de los aspectos del proyecto, funciona como principal indicador del potencial de crecimiento del negocio, el cual debe poder generar ingresos de crecimiento exponencial y retornos significativos para una inversión con este nivel de riesgo asociado.

Cuando el emprendedor hace su pitch, es conveniente analizar si hay una coherencia lógica entre el mercado que él declara como potencial, el segmento de clientes al que apunta, la propuesta de valor orientada a resolver un problema que ese segmento padece, y la estrategia de comunicación y marketing que planea llevar a cabo para aumentar sus ingresos.

Si la respuesta a todos estos puntos suena satisfactoria y atractiva, una valuación de USD 1.000.000.- podría resultar lógica, aun cuando el producto y estadio comercial se encuentren todavía muy incipientes.

 

Competencia

Este tema está estrechamente vinculado al anterior ya que, si existe competencia directa, la compañía en cuestión tendrá la dura tarea de competir por el mercado existente o diferenciarse para escaparse de su competencia con alguna ventaja competitiva o propuesta de valor superadora.

Un error en el que incurren muchos proyectos es el de subestimar a los jugadores incipientes de la industria y a quienes consideran como competencia indirecta. Estos competidores podrán superar fácilmente con una mera innovación incremental y escalar rápidamente en la curva de madurez del mercado en que nos encontremos.

Asimismo, aunque la compañía que estemos analizando corra con una ventaja competitiva sustancial, debemos consultar el camino a seguir en términos de innovación y los nuevos negocios que puedan llegar a surgir. No es grave si el emprendedor no tiene la respuesta inmediata, pero sí resulta determinante que el equipo transmita un perfil de innovación permanente, esto es lo que forjará una compañía que pueda trascender y sobrevivir.

Tanto este punto como el anterior, nos permiten conocer la cuota de mercado que apunta obtener el proyecto.

 

Modelo de negocio

En nuestra opinión, este es uno de los aspectos más relevantes para la correcta ejecución del plan de negocios. Si existe una propuesta de valor consistente y un mercado potencial atractivo, entonces debemos analizar si el modelo de negocio es viable, coherente con el segmento de cliente al que se apunta, con el contexto socio económico y, sobre todo, si es escalable para generar el tipo de retornos que esperamos en este tipo de inversiones.

Es fundamental, antes de adentrarse en detalles, distinguir si es un modelo B2B, B2C, B2G, etc. Esto nos permitirá identificar con claridad quiénes son los usuarios y quiénes son los clientes (los que pagan), así como también cuáles son los canales de venta, cómo son los procesos de venta, los obstáculos que se presentaran, y corroborar si la estrategia de comunicación, precio y producto son coherentes.

Además, la distinción entre estas categorías resulta útil como indicio para analizar la potencialidad de que la compañía sea posteriormente invertida por fondos institucionales o eventualmente adquirida por una corporación, lo que seguramente nos dará una clara posibilidad de generar un evento de liquidez en nuestra inversión en los próximos años. Por ejemplo, existen fondos que excluyen de su tesis de inversión a los proyectos con foco B2G y B2C.

Otro aspecto muy útil de conocer el tipo de negocio es que nos puede indicar cuánto capital y que tan intensivo sería el uso del mismo, cuál es su velocidad de gastos y flujo proyectado y, consecuentemente, cómo serán las próximas rondas de financiamiento.

 

Por ejemplo, cualquier modelo similar a una red social cuyo objetivo es generar trafico masivo para luego monetizarlo con publicidad, seguramente deberá invertir en adquisición de usuarios y fidelización durante un largo periodo de tiempo para lograr empezar a generar ganancias con el producto o servicio. Tardará incluso más años o meses en lograr el punto de equilibrio operativo.

Otros ejemplos pueden ser compañías que necesiten alto nivel de inversión, ya sea para inventarios, almacenamiento, capital de trabajo, o mismo compañías que, por el perfil de sus clientes, deben transitar largos procesos de venta para ver sus primeros ingresos.

Existen innumerables ejemplos, pero lo importante es no dejar este aspecto al azar.

 

Estructura de capital

Si bien no es sustancial al éxito del negocio, es importante conocer la estructura de capital (cap table) de la compañía, y conocer cuáles son las obligaciones, pasivos y contingencias asumidas por la compañía y/o los emprendedores a nivel individual.

Asimismo, debemos conocer los términos bajo los cuales han invertido inversores anteriores. Todo ello nos dará una idea más clara sobre el tipo de derechos que podemos llegar a adquirir en caso de decidir avanzar con una inversión, y las potenciales trabas o riesgos que podrán surgir en caso de que la compañía resulte exitosa.Dedicaremos un artículo para este aspecto.

Como habrán notado, ninguno de estos criterios o aspectos sirve por sí solo para asignar una valuación a una compañía, pero poco a poco vamos obteniendo parámetros útiles para aproximarnos a una valuación más exacta y acertada a la realidad del proyecto.

A lo largo de los próximos artículos, intentaremos desarrollar un mecanismo lo más estandarizado y acertado posible.

Las controvertidas valuaciones de startups

Luego de varios años de trabajar junto a emprendedores e inversores de capital de riesgo (fondos de VC, inversores ángeles, aceleradoras, etc.) y, ante una creciente presencia de capital emprendedor en la región en los últimos 5 años, detectamos que la valuación de las startups se presenta como un problema cada vez más frecuente a la hora de avanzar con operaciones de inversión.

En el siguiente artículo intentaremos describir, de manera sintética, las principales razones que contribuyen a esta problemática con el objetivo de allanar el camino hacia una propuesta superadora con respecto a los mecanismos de valuación de compañías en etapa temprana.

Evidentemente, valuar este tipo de compañías requiere no solamente considerar elementos “duros” u objetivos, sino también elementos “blandos” o “subjetivos”, con lo cual definitivamente es un tema controvertido y no existe un método único y correcto para llevar a cabo una valuación acertada. No abordaremos las distintas propuestas o mecanismos de valuación en profundidad, ya que ello será abordado en detalle en próximos artículos que podrán encontrar en este mismo sitio.

La problemática planteada gira en torno al momento en el que un emprendedor ya transitó la etapa inicial del levantamiento de fondos con las 3F (“friends, family and fools” o “amigos, familia y tontos”) y pasa al siguiente paso: presentar su proyecto frente a inversores ángeles, aceleradoras o incubadoras, o incluso algún fondo VC de etapa temprana.

Es esta etapa donde muchas veces la valuación propuesta por el emprendedor impacta en las expectativas y voluntades del inversor. En algunos casos, los inversores no presentan objeciones, quedan enamorados del proyecto y avanzan con su inversión ante cualquier valuación propuesta, ya que su objetivo quizás sea simplemente iniciarse en el mundo del venture capital rápidamente y plasmar una operación para involucrarse activamente en el ecosistema inversor.

En muchos otros casos, gran parte de los inversores ángeles, con disponibilidad de capital y, en general, con mucha experiencia profesional, cuestionan duramente las valuaciones propuestas. Esto ocurre, a tal punto que muchas de las presentaciones que inicialmente lograron captar la atención de un inversor terminan frustrando una negociación. Asimismo, probablemente ocurra que muchos de los nuevos interesados en invertir en esta industria -todavía incipiente en Argentina- salgan espantados por considerar que es un casino sin lógica alguna al momento de valorizar sus activos.

 

Una lógica distinta

Uno de los problemas principales reside en la falta de cultura o educación específica sobre capital emprendedor en los nuevos inversores del ecosistema. Las compañías de etapa temprana no deben ser valuadas con los mismos métodos ni herramientas tradicionales que se utilizan para compañías en etapas más avanzadas. El problema es que muchos de los inversores ángeles (y otros inversores institucionales) generalmente pretenden valuar a las startups no solo con esas herramientas y métodos, sino con la misma lógica y dinámica con que lo venían haciendo con otro tipo de negocios y compañías en su experiencia previa.

Esta situación se acentúa aún más en Argentina. En primer lugar, porque la cultura predominante es la de preservar el capital más que la de arriesgarlo, y donde la confianza sigue siendo un factor determinante a la hora de decidir dónde invertir. En segundo lugar, y sumado a lo anterior, porque si bien han existido algunos casos de éxito, aún no se puede afirmar que el modelo de negocio de inversión de capital de riesgo haya sido validado en Argentina, al menos a nivel institucional. Esto significa un factor de riesgo adicional para todo aquel inversor que esté dando sus primeros pasos en este ecosistema.

 

El método VC

Otra de las razones que influyen en la problemática mencionada, es el método de valuación del venture capital, el cual se pretende aplicar directamente al igual que se utiliza en un ecosistema inversor y emprendedor como el de USA, mucho más desarrollado y con realidades muy diferentes a la del nuestro.

Este método técnico parte del precio de venta de la compañía, teniendo en cuenta elementos principales como la facturación proyectada, los múltiplos comparables en la industria y el retorno que se busca obtener por esta inversión. Puede resultar muy eficiente siempre que se tengan en cuenta las particularidades del mercado y la economía en la que se está trabajando. Sin embargo, este mecanismo trae asociados riesgos muy significativos si se lo intenta aplicar directamente, sin considerar las circunstancias coyunturales que afectan el potencial desarrollo y avance del proyecto.

Además, generalmente las proyecciones que llevan a la valuación propuesta traen aparejadas una serie innumerable de hipótesis y se suponen datos difíciles de predecir con exactitud. Suele ocurrir que los inversores y emprendedores pasen largas horas discutiendo sobre hipótesis que, al final de cuentas, son apreciaciones con una altísima carga subjetiva.

En muchas ocasiones, los emprendedores manifiestan ante los inversores que ellos han validado su valuación con el citado método, y que dicha valoración ha sido avalada por alguna institución educativa o inversor de renombre. Si bien el método mencionado es técnicamente correcto y no podemos criticar el mencionado aval, vale aclarar que en nuestra opinión, sólo debe considerarse como un indicio o parámetro de la posible valuación.

 

Las valuaciones aceptadas en los últimos años

Desde hace aproximadamente ocho años se vienen concretando distintas operaciones de inversión de venture capital, y los jugadores más importantes que han impulsado este camino desde su incipiente comienzo en Argentina, son los que definitivamente marcaron el camino y las prácticas de la industria.

En ese camino donde transitan aciertos y errores las herramientas y mecanismos de trabajo se volvieron más eficientes. A modo de ejemplo, vale mencionar los instrumentos de inversión que evolucionaron desde la nota convertible, pasando por el SAFE y el KISS en sus distintas versiones.

Con respecto a las valuaciones a nivel local, los actores intervinientes en las primeras etapas tomaban como parámetro valuaciones que oscilaban entre USD 1.500.000.- y USD 2.500.000.- para aplicar al tope de valuación en las notas convertibles. Consideramos que esto es demasiado elevado si se lo intenta aplicar genéricamente a todas las compañías de etapa temprana que buscan capital semilla. A lo largo del aprendizaje de estos últimos años, algunos de estos jugadores han aplicado muchos cambios, y estos valores ya no son el estándar que utilizan para este tipo de compañías.

Con las citadas valuaciones (USD 1.500.000.- y USD 2.500.000.-), los inversores pioneros en las primeras etapas del venture capital en Argentina marcaron el estándar de la práctica en la industria y generaron que otros nuevos jugadores las tomasen como parámetro para aplicar a la mayoría de los casos, lo cual aun sigue siendo siendo una referencia para algunos de estos jugadores actualmente.

Esto conlleva el riesgo de que no solamente se genere una desmotivación y desencanto de nuevos inversores, sino que también impide la posibilidad de que las compañías consigan inversión en futuras rondas para crecimiento por no lograr justificar sus valuaciones que, naturalmente, deben ser sustancialmente más elevadas en la próxima fase de fundraising.

 

Definir la valuación comenzando por el cap table proyectado

A fin de fijar una valuación, muchos emprendedores comienzan proyectando las futuras rondas de financiamiento que deberían llevar a cabo, cómo se diluyen en cada una de estas rondas y consecuentemente, cómo quedará distribuido el capital de la compañía en el tiempo. Este análisis permite al equipo emprendedor entender como quedarán sus participaciones a futuro, fijando un porcentaje mínimo del capital con el que están dispuestos a quedarse, entendiendo que en ningún caso deberían quedar diluidos a un porcentaje menor a ese que fijaron.

Si bien este es un proceso muy recomendable y sano para los emprendedores, no debe ser tomado como unico metodo para fijar la valuación. Debe funcionar como ejercicio para que los fundadores planifiquen inteligentemente su estrategia de financiamiento en el mediano plazo, entendiendo las implicancias económicas, financieras y legales que ello acarrea, ya que sino, pueden desencadenarse una serie de consecuencias no deseadas como ceder más equity de lo que es necesario, levantar rondas de financiamiento a valuaciones fuera de los parámetros recomendables (ya sea muy alta o muy baja), o incluso perder la posibilidad de levantar capital en futuras rondas. Pero en ningún caso es recomendable caer en el simplismo de utilizar este análisis como único criterio de valuación, ya que es probable que el potencial inversor perciba que el emprendedor solamente está mirando sus propios intereses personales por sobre los de la compañía o quienes se asociaron a ella.

 

Conclusión y propuesta

Como mencionamos al principio, la valuación de una compañía en etapa temprana está definitivamente compuesta por elementos de muy distinta índole. Cada uno de estos elementos debería jugar como criterio de evaluación al cual el evaluador le asigna un valor ponderado y que, sumado al resto de los criterios, conforman un paquete de criterios que conducen a la valuación más acertada.

Qué criterios seleccionar y qué valor ponderado asignarle a cada uno de ellos será una tarea exclusiva del evaluador.

Tal y como dice Reid Hoffman, co-fundador de LinkedIn y actual partner de Greylock, encontrar el precio correcto para un acuerdo es solo parte del desafío de invertir.

Si analizo una cartera de 100 startups, probablemente 90 esten sobrevaluadas, y 10 esten subvaluadas. Y ese es el desafío para ser un inversor ángel o capitalista de riesgo profesional: tener la capacidad de discernir entre esas compañías.

De todas maneras, consideramos que existe la necesidad y es conveniente comenzar a fijar parámetros de valuación que representen un estándar a respetar por la mayoría de los jugadores relevantes en la industria. Dentro de la subjetividad que siempre conlleva una valuación -y esto aplica a todo tipo de industria, sea private equity, mercado de capitales, etc.- sostenemos que es posible desarrollar un esquema que, cuanto menos permita encasillar a las compañías en ciertas franjas de valuación en base a ciertos criterios que deben ser analizados al momento de evaluar y valuar una compañía.

Creemos que son los actores principales del venture capital en Argentina los que tienen la responsabilidad de llevar a cabo esta tarea diligentemente y, sobre todo, aquellos que intervienen en las etapas de financiamiento más temprano (aceleradoras, incubadoras e inversores ángeles), ya que son los que sientan los primeros términos sobre los que después deberán basarse y negociar los actores que intervienen en etapas posteriores del ciclo de financiamiento.

Lo propuesto aportaría valor a la industria de capital emprendedor, en primer lugar porque garantiza más previsibilidad y seguridad a los nuevos jugadores no acostumbrados al capital emprendedor, impulsando el ingreso de aún más inversores; en segundo lugar porque garantiza valuaciones más sanas y acorde al estadio real de su proyecto, sembrando mayores posibilidades de que los proyectos consigan concretar sus rondas de financiamiento a valuaciones más justas en las etapas subsiguientes de financiamiento.

En futuros capítulos ahondaremos en distintos elementos y aspectos que servirán como posibles criterios e indicios de valuación de startups.